Mi trabajo consiste, básicamente, en hacer especiales los espacios. Sin embargo, a veces, al empezar un proyecto te das cuenta de que el espacio en el que vas a intervenir ya es, de por sí, especial.  Este es el caso del local donde hemos realizado el proyecto de Tururac, una tienda de artículos para la práctica del deporte al aire libre. Un local céntrico, de toda la vida, con una microhistoria detrás que lejos de ocultar, quisimos destacar. Y una tienda dedicada al deporte en montaña, una de mis grandes pasiones.

No sé si todo esto lo hace más fácil o más difícil, pero en cualquier caso te obliga un poco a no equivocarte, por respeto al edificio y al cliente que te lo ha confiado.

Y como en todo proceso creativo donde encontrar el camino genera algo de ansiedad, este no ha sido menos. Subimos cuestas, bajamos senderos resbaladizos, nos dimos algún que otro golpe del que nos levantamos para seguir corriendo y al final lo conseguimos. Dimos con la idea que nos llevó a desarrollar un proyecto low-cost con gran resultado visual, que reflejara el espíritu de la marca, respetando el entorno y complementando elementos que no generan discordancia en el ambiente.

Sí, ha sido una aventura, pero es que con los de Tururac, ¿qué no lo es?